Descubre las inspiradoras historias de los Rostros de la primera línea: ¡Las estrellas de la fabricación! Leer más
June 29, 2023
En la industria manufacturera, grandes grupos de personas muy diversas tienen que trabajar en cooperación para crear la mayor cantidad de producción posible sin dejar de cumplir los estándares de calidad adecuados. Por ello, una cultura manufacturera que fomente la cooperación y la autorrealización es crucial para el éxito de una organización.
Pero, ¿cómo hacerlo? Desafortunadamente, el primer instinto de muchos directivos es alzar la voz en un intento, en última instancia vano, por obligar a sus trabajadores a una mayor productividad. Esta mentalidad y la consiguiente falta de preocupación por el bienestar de los empleados están conduciendo a una situación en la que, según las previsiones, 2.4 millones de puestos de trabajo en el sector manufacturero quedarán sin cubrir de aquí a 2028. No es la primera vez que escribimos sobre la situación actual.
Una vez que te das cuenta de que el problema existe, la pregunta resulta obvia. ¿Cómo aumentar la eficiencia de una forma que realmente funcione y, al mismo tiempo, fomente la retención de los trabajadores? La respuesta es tan sencilla como compleja: fomentar una cultura empresarial positiva y productiva. Aunque el concepto es bastante fácil de entender, muchos optan por ignorarlo o no saben cómo facilitar su aplicación efectiva. Es una lástima, ya que una cultura empresarial positiva se ha relacionado concluyentemente con una mayor productividad y satisfacción del cliente, una menor rotación de personal y mayores niveles de innovación.
A continuación analizaremos el estado actual de la cultura manufacturera y cómo puede mejorarse haciendo énfasis en el compromiso y la felicidad de los trabajadores de primera línea, incluyendo medidas prácticas que puede adoptar para introducir inmediatamente un cambio positivo.
Todos sabemos que la industria manufacturera se encuentra en una encrucijada. Con una mano de obra que envejece y se jubila a un ritmo alarmante, muchos fabricantes intentan naturalmente contratar a jóvenes generaciones. Sin embargo, la mayoría tiene dificultades para hacerlo, y el responsable está claro: la anticuada cultura manufacturera choca con los nuevos sistemas de valores. Esto se manifiesta de diversas maneras:
Si no se resuelven estas cuestiones, seguirá siendo problemático alinear las expectativas generacionales y culturales entre la dirección y los trabajadores de primera línea.
Una cultura manufacturera positiva y productiva siempre ha sido un motor clave del éxito. Pero el aspecto que debe tener esa cultura ha cambiado drásticamente a lo largo de los años, a medida que las generaciones más jóvenes siguen incorporándose a la población activa. Para crear una empresa rentable, se necesita una mano de obra motivada e implicada, y para conseguir una mano de obra motivada e implicada, se necesita una cultura manufacturera positiva y productiva. Una vez instaurada esta cultura, algunas ventajas resultan evidentes:
Una cultura manufacturera positiva y productiva puede transformar realmente el funcionamiento de una empresa.
Ahora que ya hemos hablado de la importancia de una cultura manufacturera sólida, la pregunta es: ¿cómo implantarla en tu organización? Aunque hay varias formas de empezar, te recomendamos que empieces por estas áreas cruciales:
Siguiendo estas cinco sugerencias, estarás en el buen camino para crear la cultura de fabricación que deseas. Pero estas cinco no bastan por sí solas. Hay un sexto factor que se superpone a los demás y ayuda a facilitarlos: la tecnología.
El 93% de los millennials considera que la tecnología actualizada es un factor importante a la hora de elegir su próximo puesto de trabajo, por lo que la relevancia tecnológica ya no puede ignorarse ni posponerse. La tecnología, cuando se hace bien y se aplica adecuadamente, puede ayudar a crear una cultura empresarial más unificada y positiva al facilitar muchos procesos beneficiosos:
Es casi imposible restar importancia a una cultura manufacturera positiva y productiva. Las fábricas no consiguen contratar nuevos empleados al ritmo de sustitución de los baby boomers que se jubilan. Incluso cuando consiguen cumplir los horarios, las diferencias culturales y de expectativas entre la dirección y los trabajadores de primera línea pueden dar lugar a ambientes tensos y poco productivos. Por eso es tan importante tener en cuenta estas recomendaciones.
Aunque hay que dar muchos pasos para transformar por completo una mala cultura laboral en una buena, el secreto, al menos hoy en día, es la tecnología. QAD Redzone, con su ágil solución de software y su experimentado cuerpo técnico, abre nuevos caminos para que los fabricantes creen una cultura de fabricación positiva y productiva.
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